jueves, 30 de agosto de 2007

Rebajas en... las temperaturas

30 de agosto de 2007


De ayer a hoy la temperatura ha bajado 3 grados más y ya estamos en 5. A este paso, los menos treinta están al caer. La gente de aquí me ha asegurado que no va a bajar mucho más, pero tampoco va a subir, así que la ropa sin mangas definitivamente se va a quedar en el armario.


Por primera vez en lo que llevo aquí, he asistido a una discusión entre finlandeses. Impresionante. La cuestión es que Marko y yo íbamos a comer por un camino que no está del todo claro si es carretera o es para viandantes y coches ya que no está asfaltado. En esto viene un señor en una furgoneta, decelera y acerca el lateral de la furgoneta tanto como puede hasta el punto de que le toca a Marko y le da un susto del carajo. Según se empieza a alejar la furgoneta, Marko le muestra el dedo medio de su mano derecha en toda su extensión, hecho que el conductor ha visto ya que, bajo mi punto de vista, ha actuado de mala fe y estaba esperando nuestra reacción como el que se agarra una cogorza del quince un sábado por la noche y va buscando camorra allá por donde va. Al ver erecto el dedo medio de mi amigo, ha detenido la furgoneta y ha empezado a ir marcha atrás hasta que se ha puesto a la altura de Marko. Ahí ha empezado la discusión. Yo estaba tenso porque no me gustan este tipo de situaciones y, viendo cómo se las gastan en otros países a la hora de discutir, como cuando estuve con la Buiza en Nápoles que parecía que se iban a matar allí mismo por el tono de sus voces, pues... me siento incómodo. A esto que se le acerca Marko a la ventanilla de la furgoneta y se ponen a charlar tranquilamente. Por lo que he podido saber, no se han dicho nada del estilo mira que eres gil....., vete a tom..... o serás hijop...., como sería de prever en la zona de la que uno viene, sino que ha sido una conversación del estilo ¿por qué actúas así? No te costaba nada ir un poco más a la izquierda, no ganas nada con lo que has hecho... El tono de sus voces no se ha elevado en ningún momento. Si yo no hubiera sabido con certeza que estaban discutiendo, jamás hubiera podido sospecharlo. Y va y me dice Marko después de la “discusión” que ese señor le atacaba los nervios, que siempre actúa igual... Pues menos mal que le ataca los nervios, no se llegan a conocer y se van juntos a tomar algo por ahí. Están los finlandeses como para tener un accidente contra un napolitano; les da un yuyu allí mismo.



Hoy he tenido una nueva reunión con Taina, pero esta vez sin taninos. Le he mostrado todos los nuevos análisis que he hecho y los diferentes malabarismos estadísticos para obtener nuevas variables en base a las que ya tienen. Creo que no ha acabado de entender del todo el sistema que he seguido para crear las nuevas variables ya que me ha dicho que un día nos tenemos que reunir con el estadista del Centro de Investigación y volver a mirarlo. No obstante, los resultados le han parecido muy interesantes y parece que está contenta con el modo en que van las cosas. Esperemos que todo siga así.



Las queridas y simpáticas Etxaniz (A) y Galdona Erquicia me han estado vacilando con el tema de la comida, “qué, ¿de primero vas a comer ensalada?”, pues sí, aquí todos los días como ensalada de primero y además hoy en el segundo no he entendido bien y he comido sólo medio segundo. Es lo que tiene no ser de aquí. La cuestión es que había patata cocida (cómo no) envuelta en papel de plata y en el cartel ponía con queso y jamón. Yo he dado por hecho que era patata cocida rellena de queso y jamón y me he dicho, interesante, vamos a probarlo. Total que abro el papel de plata en el que venía envuelta la patata y resulta que el relleno era de patata y el queso y el jamón tenía que haberlos cogido antes ya que venían aparte, pero así se aprende. Y ya que estamos con la comida, una cosa de la que me he dado cuenta esta semana es que, desde que dejé el Ingema el 10 de agosto para venirme aquí, no he vuelto a probar el chocolate negro ni el cola-cao ni nada por el estilo y ni siquiera me he dado cuenta. Sólo el otro día cuando una persona me ofreció una chocolatina de chocolate con leche fui consciente de este detalle. Chocolatina que, sin ánimo de ofencer, rechacé ya que no me gusta este tipo de chocolate, sino los chocolates negro y blanco como las teclas de un piano que me ha de estar esperando en algún lugar.



2 comentarios:

Idoia dijo...

Serán así para todo?, pues cuando tengan un orgasmo parecerá que tienen hipo.
Ese también sería un estudio interesante, no crees?

Laski dijo...

Investigaremos...