viernes, 17 de agosto de 2007

Sistema educativo y alimentación universitaria

16 de agosto de 2007


Hoy Lorena se ha incorporado al trabajo después de sus vacaciones. Buen aterrizaje y ánimo.


En la comida de hoy, ensalada (cómo no) y redondo con patatas cocidas (cómo tampoco), he aprendido un poco acerca del sistema educativo Finlandés. Esto es interesante ya que este país está a la cabeza de europa en este sentido. Pues resulta que aquí la educación es obligatoria y gratuita desde los seis años. Y con gratuita quiero decir gratuita. Llevar tu hijo/a al cole cuesta 0 € y los libros cuestan el doble que llevar al hijo al cole, es decir, lo mismo 0 € (esta aclaración es para la gente poco hábil con los números). Esta situación se da desde los 6 hasta los 14 años. Por otra parte, a partir de los 15 años hay que pagar los libros, pero hay una ayuda por parte del Gobierno.

Para la carrera la cosa cambia. Lo que yo recuerdo de mis tiempos mozos es que un curso venía a costar unos 600 – 700 € si no me falla la memoria. Aquí cada curso cuesta unos 50€, pero, a cambio de esta pequeña inversión, el Gobierno te paga entre 300 y 400 € al mes para gastos y yo me pregunto si a alguien le extraña que aquí haya tanta gente con carrera. Para los másters (doctorados) el Gobierno también suelta dinero. Lo más curioso de todo que si yo vengo de fuera a estudiar aquí se me aplican las mismas condiciones. Es por este motivo por el que mucha gente de Estonia, Letonia, etc. está viniendo aquí a estudiar desde que se imparten muchas de las clases en inglés (porque el finés no hay quien lo entienda).

En cuanto a la comida en la universidad, la cosa es también bastante curiosa. Cuando vas a cualquiera de los comedores de las facultades, donde estoy comiendo a diario, hay dos opciones: puedes ser estudiante o no serlo. Si no eres estudiante comer cuesta 5 €, pero si tienes carnet de estudiante pagas 2,20 – 2,30 €. Como para comer fuera. Además hay que reconocer que la comida es buena y, aunque son poco imaginativos con el primer plato y el acompañamiento del segundo, ya me gustaría que tomaran nota los responsables correspondientes y así no nos tendrían cuatro o seis años a golpe de bocata de tortilla de patata de la cafetería de la Facultad de Pedagogía (y de Psicología), que uno a veces se preguntaba si lo que cuajaban con las patatas era huevo, huevina o argamasa. Tanto es así que corre el rumor, por otra parte no confirmado, que más de uno de los detenidos en la operación Malaya (por las edificaciones ilegales de Marbella) había construido complejos urbanísticos enteros a base de bocatas de tortilla de patata de nuestra querida Facultad. Tendré que preguntarle a la querida Idoia (aparejadora ella y de las buenas) a ver si es posible edificar utilizando este material. Y es que ya me extrañaba a mí que a veces no quedaran bocatas de tortilla de patata con la pelota que se te hacía en la garganta, que si no tenías agua que beber cerca te podías ahogar allí mismo. Que uno decía “Jo, ese tío se está poniendo morado” y te contestaban “Sí, morado porque se le ha quedado la tortilla de patata atascada en la garganta y no puede respirar”. Si hubieran hecho una serie tipo CSI con Antonio Resines, seguro que en algún capítulo había algún muerto por asfixia por bocata de tortilla de patata de la Facultad. Pues a lo que iba, que ya me extrañaba a mí que a veces no quedaran bocatas de tortilla de patata; los mandaban todos a Marbella y es que lo que teníamos en la Facultad no era una cafetería sino un almacén de materiales de construcción encubierto. Mira que he estado mirando a ver si detenían a alguno de los camareros o cocineros de la cafetería de Pedagogía (y Psicología) en la operación Malaya, pero nada. Por ahora están libres, ahora bien, estoy convencido de que la venta de bocadillos de tortilla de patata ha tenido que caer en picado. Seguro que cuando explote la burbuja inmobiliaria (que explotará) cierran la cafetería de la Facultad. Tomad nota. Habrá que ver a qué huele en Riberas de Loiola. Como huela a tortilla de patata...

Hoy me apetecía correr tanto como hacerme la depilación a la cera, pero al final he salido y ya van 5 días seguidos. A ver cuánto dura esto.

Ya es de noche y hay una tormenta que amenaza con venir. Suena a lo lejos, un poco tímida, pero poco a poco se acerca. “Lento, pero viene” que decía Benedetti. Vamos a ver qué tal dormimos esta noche con la tormenta.

1 comentario:

maria dijo...

Hola Iker, acabo de leer tu última nota, (estoy medio enganchada...)

Me parece bastante interesante, sobre todo para la gente que nos hemos tenido que pagar la carrera en compañía del piso, desplazamientos, comida,... y no quiero seguir, que fuerte tienen por allí.

Por cierto, quiero entrar en lo de opinar sobre el tema del grifo, yo creo que es para limpiar la taza en el caso de que queden restos. Ya sé que suena bastante desagradable, pero es muchísimo más higiénico que la típica "escobita" que tenemos en los baños de por aquí. Aún y todo, estoy con tu amiga, pregúntale al tal Markos y sácanos de dudas, por favor.

Por lo demás, sigo insistiendo en que hagas algo de turismo, que si no, ya sabes que yo amenazo con toda intención. Mira que nos presentamos allí y hacemos turismo y luego te lo contamos... jejeje.

Bueno, la mendas te deja 4 diicas para irse al Mediterraneo, voy a probar a coger algo de colorcito.

Disfruta y aprende que no es poco.
Y sigue contándonos.

Ciao