lunes, 3 de septiembre de 2007

Helados templados

1 syyskuuta 2007


Hoy me he levantado a 2 grados, aunque durante el día ha ido subiendo esta temperatura. El día ha sido soleado y muy agradable.



Tal como había prometido, he probado un helado de los que venden en el centro de Jyväskylä y la verdad es que la moza que me dijo que los helados de aquí no eran nada del otro mundo tenía razón. He pedido un helado de vainilla y me han sacado un cucurucho con una bola mediana y una pequeñita encima, como si fuera un muñeco de nieve. Cuando lo he probado, he sentido dos sensaciones diferentes. La primera que, efectivamente, estos helados tienen mucho menos azúcar del que estamos acostumbrados; la segunda sensación es que no es un helado que se deja chupar, a ver si me explico, cuando tú te compras un helado en Donostia, le pasas la lengua y parte del helado acaba en tu boca. Personalmente, creo que en esto radica la gracia del helado; no sólo refrescas la lengua, sino que, además, te llevas su sabor a la boca. Aquí no. Los helados de aquí, al parecer, funcionan con otra tecnología. Pasas la lengua por la bola del helado y no te llevas prácticamente ningún sabor a la boca (yo al menos no lo he notado) y la bola tampoco es que esté muy fría que digamos. Es como si el helado fuera de otro material, como si chuparas una bola de plástico. En resumen, que aquí los helados no se chupan; se muerden. Lo muerdes y te llevas una parte del helado a la boca y mientras tanto pones las papilas gustativas totalmente concentradas para que encuentren un sabor dentro de eso que tienes en la boca. Es una cuestión interesante. A uno le dan ganas de comprar otro helado de un sabor diferente, de fresa por ejemplo, y comprobar si los de fresa saben a algo. Yo no lo he hecho y no sé si tendré alguna oportunidad de hacerlo ya que quizá para la semana que viene todos los puestos de helados estén cerrados. Los llamo helados, aunque habría que llamarlos frescos, ya que lo que se dice helados no están.



Por la tarde, a eso de las 18'00h ha aparecido Alfredo por mi despacho. Alfredo es un estudiante de Cáceres que lleva cuatro años aquí realizando su doctorado. En principio creía que iba a venir la semana pasada, pero hasta ayer no llegó aquí. Me ha preguntado por mi investigación, le he estado enseñando los diferentes análisis que he estado haciendo y hemos discutido durante un par de horas las diferentes opciones que tengo a la hora de enfocar el artículo. Han sido dos horas muy interesantes que espero poder continuar en el futuro.



Hoy no he ido a correr, algo que intuyo cercano a una ciática me tiene un poco preocupado, así que tampoco es cuestión de forzar las cosas. Veremos a ver cómo evoluciona esto.


alles Gute zum Geburtstag


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