Me siento cansado. Las horas de trabajo están haciendo mella. La cuestión es que uno casi se pasa todo el día trabajando aquí. Es verdad que salgo a hacer deporte o voy al gimnasio, pero al llegar a casa sigo mirando el artículo o le doy vueltas sobre cómo escribirlo o miro la bibliografía o me pongo a leer sobre genética y al final todo esto pasa factura. Creo que va a resultar que Idoia tiene razón y que tengo que salir un poco el fin de semana y dejar que la cabeza descanse un rato, centrar la atención en otras cosas; desconectar.
Otra cosa que he hecho es conseguir una guitarra, bueno, todavía no la tengo, pero cuando llegue a mis manos creo que me va a ayudar a desconectar en casa y además tengo unas ganas terribles de tocarla, ya que, desde que vine aquí en agosto, apenas he tocado durante media hora en la semana que estuve de vuelta en Donostia.
Hoy he ido de nuevo al gimnasio. De nuevo la cinta para correr estaba ocupada así que me he puesto a pedalear. He estado un rato dándole duro a los pedales y de ahí a la sauna de estudiantes. Hoy estaba a 80 grados y yo tan feliz. Total, que a los 5 minutos ha aparecido un señor que debió de ser estudiante hace 40 años y no se le ocurre otra cosa que ponerse a echar agua a las piedras con lo que la temperatura ha subido de 80 a 100 grados en muy poco tiempo. Cuando me disponía a salir, más que nada por el calor que hacía en la sauna, va el tío y me empieza a dar conversación. Que a ver de dónde soy, que quiere visitar Málaga, que por esa zona hay muchos finlandeses, que a ver qué tiempo hace por allá... y yo que ya no podía más, con un calor terrible y con un sudor que para qué os cuento. Al final, por fin, ha salido de la sauna y yo también he podido salir de allá con una flojera y un mareo considerables de los que me ha costado recuperarme.
Este fin de semana voy a desconectar. Está decidido. Idoia, ya ves que tus palabras hacen efecto. Me retiro por hoy, necesito descansar.
2 comentarios:
Bueno Iker, me gustaría saber a qué llamas tu desconectar durante un fin de semana... no sé, igual es que en ningún libro de genética pone que el fin de semana empieza el viérnes cuando dejas de currar a la tarde, y termina el lunes cuando te levantas. Nosotras consideramos que son unas 60 horas de " ". (No es que me haya dejado ninguna palabra, ni que no sepa que poner, sino que tu has de ir rellenando el hueco, con todo lo que no implique trabajar). Te aseguro que tu semana cundirá el doble en cuestión de trabajo, si sigues los consejos de Idoia y realmente te relajas y disfrutas de todo lo que nos cuentas de Finlandia.
Te envio algunas sugerencias extraidas de tus propios comentarios:
dar un largo paseo por alguno de esos lagos, el de los patos, el del campus,... Observar a las ardillas, leer una novela, disfrutar de la naturaleza, conocer la noche de Jyväskulä, ir a echar un partidillo con los compañeros o colegas que hayas podido conocer allí, ir de compras, conocer finlandesas, hasta entrar en alguna iglesia y ver si hay mucha diferencia con las de aquí (como curiosidad cultural), ir a un café céntrico y ver la vida de la ciudad,... no sé, todo lo que se te ocurra.
De verdad, sigue el consejo de tu amiga Idoia y danos una alegría, cuentanos de la vida social de allí y por favor, DESCONECTA, al menos por unas horas.
Querida María, la noche del sábado salí a conocer la noche Jyväskylense, cosa que he descrito en las entradas del sábado y del domingo y que puedes proceder a leer. Quizá te sorprenda cómo funciona la noche por aquí. Señorita Calvo,estoy convencido de que si vienieras a las discotecas de Finlandia tendrían un éxito abrumador con los finlandeses, así que se podría decir aquello de "Ponga un finlandés en su vida".
Ya ves que sigo tanto tus consejos como los de Idoia.
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