lunes, 3 de septiembre de 2007

Sigue lloviendooo

2 de septiembre de 2007


Apenas ha parado de llover en todo el día. Desde la mañana hasta ahora, la lluvia ha caído intensamente sobre Jyväskylä. Y ahora, como en la canción de maná, sigue lloviendo. Una cosa que me sorprende de la gente de aquí es que la lluvia no parece afectarles, es como si fueran aves y la lluvia les resbalará. Cuando llueve con gran intensidad la gente anda en bici tranquilamente y eso es algo que no deja de impactarme. Por allá, cada vez que empieza a llover, aunque sean cuatro gotas, la gente se pone a correr, o anda por la calle con los hombros levantados. Que uno siempre se pregunta, ¿por qué levantamos los hombros para andar por la calle cuando la lluvia nos coge sin paraguas? ¿Resulta que de este modo uno se moja menos? ¿Los hombros te resguardan de la lluvia? Bueno, a lo que iba, que aquí cuando llueve, con poca intensidad, la gente sigue caminando tranquilamente por la calle como si llevara una gabardina invisible. No he visto a ninguna moza corriendo porque se le va a rizar el pelo ni cosas por el estilo. Por cierto, la frase anterior me ha traído a la memoria el tema de las planchas para el pelo. Lo comento porque fue un impacto para mí saber que tanta gente se planchaba el pelo. Tengo que saber cómo funciona aquí este tema. Supongo que no se planchan el pelo porque la gente tiene el pelo bastante fino y liso, pero habrá que investigar.



Ya que estamos con cosas que me impactan, otra cosa que me llama la atención aquí es el tema del calzado en el trabajo. Prácticamente nadie lleva el mismo calzado en la calle y en el Centro de Investigación. Me imagino que tendrá mucho que ver con el invierno. Cuando uno llega al Centro de Investigación o a su centro de trabajo, como la temperatura interior no tiene nada que ver con la exterior, no tiene mucho sentido calzar lo mismo dentro que fuera del lugar de trabajo. Así que llegan con un calzado y dentro del trabajo se ponen otro. En el Centro de Investigación, la reina de los calzados son las chancletas. Mucha gente cuando llega aquí se pone las chancletas, con calcetines claro, que uno empieza a entender por qué en verano hay en su ciudad tanto guiri con calcetines y chancletas; están acostumbrados por su trabajo. No obstante, no todo el mundo calza chanclas, hay una sección importante de la plantilla que anda en calcetines. Tú vas, como un paleto para la gente de aquí, con las mismas zapatillas con las que has llegado y te cruzas con gente que va caminando en calcetines por el Centro. Y aunque eso aquí es de lo más normal, a uno no de ja de impactarle. Supongo que aquí nadie tendrá patatas en los calcetines porque tanto si vas en chancletas como si vas en calcetines estás al descubierto, ¿o a lo mejor, llevar zapatillas es un signo de que no quieres enseñar los calcetines?. Recuerdo que, hace un tiempo, le decía a Etxaniz (A) (no estoy seguro si a ella o a la Buiza) que ojalá nos pusieran moqueta en el lugar de trabajo para poder ir por allá en zapatillas de casa. Ésa una cosa que siempre he querido y nunca he podido hacer. Poder llegar al lugar de trabajo, quitarme las botas (si estamos en invierno) y ponerme las zapatillas de casa para trabajar y caminar por allí tranquilamente. Por ahora, yo ya me he traído las chanclas aquí y cuando llego me quito las zapatillas y me pongo en chanclas (con calcetines) y me siento de lo más cómodo, aunque estéticamente me sigo sintiendo un tanto ridículo. Qué le vamos a hacer, son muchos años de andar mirando a los guiris con extrañeza. Finalmente, está la gente que va completamente descalza por aquí. Llega, se quita el calzado y los calcetines y camina tranquilamente por el Centro de Investigación descalza. Interesante aspecto el del calzado en el trabajo que tengo que aprovechar mientras esté aquí ya que, sin ningún lugar a dudas, uno se siente más cómodo trabajando de este modo. No obstante, me imagino situaciones bastante cómicas que se pueden dar aquí. Por ejemplo, imaginad que hay una reunión y que la persona con la que te vas a reunir llega descalza con traje y corbata o vestido elegantemente y con calcetines y chancletas.




Por cierto, respecto a la adivinanza del otro día, esos cepillos sirven para meter las botas en invierno y quitarse el barro y la nieve.

2 comentarios:

maria dijo...

Estoy siguiendo tu blog y me estoy quedando enganchada del blog y del país. No sé si creerme todo lo que cuentas, es más, estoy planteándome ir allí y comprobar todo lo que he leído, los lagos, la Universidad, los baños, la gente, lo de la lluvia y, por supuesto, para verte en chanclas y calcetines. Ya sólo te falta teñirte de rubio y cuidar un poco tu imagen y seguro que acabas como uno de ellos. ¿Estás seguro de que vas a volver? ¿No estarás pensando en quedarte? Muy a gusto te veo como para volver. Por cierto que sepas que si te quedas en la primavera yo voy a verte, me han dicho que Laponia está preciosa en esa época.
Bueno, a seguir escribiendo y a ver si haces turismo que si no aparezco por allí el día menos pensado (Ya sabes que las de Cascante aparecemos sin avisar). Ciao

Laski dijo...

No me tientes mucho, que me quedo. Todo lo que he contado es verdad y si quieres venir a comprobarlo por ti misma, ya sabes la ciudad a la que tienes que venir. Esto es el paraíso de la tranquilidad y me encanta la forma en la que trabajan los finlandeses. Tendrías que ver el Centro, te iba a encantar.